El Arpa es uno de los instrumentos más antiguos, se la encuentra en grabados de Sumeria y Babilonia que se remontan a los años 3000 a.C.
El famoso "Arpista de Keros", escultura de mármol proveniente del período Egeo, documenta su presencia en la antigua Grecia hacia el año 2000 a.C. En la mitología griega, Orfeo desciende a los infiernos con su arpa y con una música maravillosa convence a los dioses que le devuelvan a su esposa Eurídice, muerta en el día de su boda. Por otra parte, Amfión es capaz de levantar los muros que rodean la ciudad de Tebas solamente con el sonido mágico de su arpa.
Numerosos frescos y relieves provenientes de distintos períodos de la civilización egipcia, reflejan la importancia y la evolución del instrumento en la vida cultural de este pueblo. En la tumba de Tutankhamon, entre sus efectos personales se incluye un arpa, permitiendo deducir que hacia el año 1350 a.C., éste faraón cultiva el placer de ejecutarla. En las paredes que rodean la tumba del faraón Ramsés III se representan arpas hacia el año 1200 a.C. En el Museo del Louvre entre su colección de antigüedades egipcias puede observarse hoy un arpa trígona.
Las sagradas escrituras mencionan al Rey David como uno de sus cultores, éste mítico rey vive en Jerusalén hacia el año 1000 a.C. Para esta época los hebreos poseen el arpa Kinnor, cuyo sonido provoca espontáneamente la alegría.
Para el año 600 a.C. los Celtas se expanden en Europa y ocupan totalmente las Islas Británicas, ingresan en sucesivas oleadas hasta el año 200 a.C. No existen evidencias que indiquen en que momento adoptan el instrumento. Su mitología y sus antiguas leyendas ubican el arpa en Irlanda con anterioridad a la llegada del cristianismo hacia el año 400. De este mismo período pre-cristiano provienen unas monedas gálicas encontradas en el continente que muestran la figura de un arpa primitiva. Puede suponerse que estos pueblos de origen indoeuropeo traen consigo el instrumento desde Asia ó que lo adquieren en su contacto con las culturas de Grecia y Roma.
A partir de los años 600 y 700 son numerosas las evidencias que testifican su uso extendido en las Islas Británicas y el norte de Europa. De esta época datan las primeras menciones del término "Harpa".
El cristianismo desde sus inicios demuestra una especial predilección por el arpa. Su presencia es permanente en los oficios y cánticos de la iglesia hasta la aparición del órgano y continúa presente aún por mucho tiempo en lugares de díficil acceso para este instrumento, como en la evangelización americana.
El arpa es motivo de inspiración de los más grandes artistas del cristianismo en sus más variadas expresiones, ningún otro instrumento es tantas veces representado siempre asociado con lo celestial, virtuoso y sublime.
Para el año 900 ya es aceptada como símbolo nacional y emblema de Irlanda. Para el año 1200 se la encuentra asimilada por todas las culturas europeas. El arpa irlandesa se construye en una sola pieza de madera de sauce, con hasta 30 cuerdas de latón y columna curvada hacia afuera. Su técnica de ejecución es con las uñas, que deben ser largas y fuertes. Se la considera la más avanzada y tiene fuerte influencia en el desarrollo de otras arpas medievales. Este instrumento con sus distintas variaciones de tamaño y cantidad de cuerdas recorre Europa junto a bardos y trovadores. Deviene en el favorito de reyes y señores que la convierten en lujosas piezas talladas y enjoyadas. Su utilización se extiende hasta finales del siglo XVI.
Hacia el año 1350 aparece el arpa gótica, con un diseño alto y elegante. Sus extremos superiores tallados en forma de arco definen su estilo. El mástil es recto ó ligeramente curvado y sus cuerdas son de tripa. Algunos ejecutantes mantienen la técnica de ejecutar con las uñas y para lograr semitonos presionan un extremo de la cuerda con el dedo índice. Este instrumento es el precursor de las arpas folclóricas americanas y las arpas orquestales modernas. Es utilizada hasta principios del siglo XVII.
Para el año 1550 los avances culturales y el desarrollo armónico generan música más compleja. Las limitaciones del arpa diatónica quedan expuestas. A partir de este momento los constructores buscan afanosamente soluciones que les permitan dotar a sus arpas del cromatismo indispensable para satisfacer las exigencias de las nuevas composiciones musicales.
Hacia el año 1600 aparecen en España el arpa de dos ordenes y en Italia el arpa doppia, diferentes entre sí en detalles de diseño y técnica de ejecución pero similares en su propuesta musical. Presentan dos hileras de cuerdas con distinta afinación y con la combinación de ambas se obtiene la escala cromática. Poco tiempo después aparece también en Italia el arpa triple a la que se le agrega una tercera hilera central afinada con los sostenidos. Estos instrumentos tienen su momento de auge pero finalmente se tornan voluminosos y pesados, díficiles de construir, complicados para ejecutar y engorrosos para afinar. Desaparecen a fines del siglo XVIII, aunque el arpa triple se mantiene vigente hasta la actualidad en el País de Gales.
Hacia el año 1650 constructores tiroleses presentan un sistema de ganchos que accionados manualmente permiten alterar un semitono la afinación de cada cuerda. Este sistema se mantiene hasta la actualidad adaptado a las nuevas arpas célticas y en algunas arpas folclóricas sudamericanas.
En 1710 Hochbrucker de Donawot crea un mecanismo a pedal que permite cambiar el tono de los acordes sin ocupar las manos. Seguidamente, un luthier de París llamado Cossineau inventa otro mecanismo y sobre la idea de éste en el año 1.808, Sebastián Erard presenta un nuevo sistema de pedales logrando el perfeccionamiento con el que llega hasta nuestros días. En su forma actual consta de 46 ó 47 cuerdas, montadas en un marco triangular de madera, con una caja de resonancia en la parte inferior, que le da una extensión de más de 6 octavas diatónicas. Su afinación normal es en Do Bemol, aunque un sistema de 7 pedales permite aumentar en un semitono o un tono la entonación de cada una de las notas o la de todas ellas simultáneamente, a pesar de lo cual ciertos pasajes rápidos son impracticables. Este instrumento ocupa un lugar de importancia en las grandes orquestas, hoy se lo conoce como arpa orquestal o clásica.
En 1897 la Casa Pleyel de París presenta una nueva versión de arpa cromática con un doble encordado entrecruzado que prescinde de los pedales pero exige enormemente al ejecutante. Es voluminosa, pesada y con 78 cuerdas que se consideran excesivas. Algunos compositores impresionistas crean piezas musicales para este instrumento que rápidamente cae en desuso y su repertorio es adoptado por el arpa tradicional.
Hacia 1980 aparece el arpa electroacústica con moderno diseño, liviana y portátil. Numerosos intérpretes incursionan en el pop, en el jazz, en la nueva música celta y en el folclore sudamericano acompañados por otros instrumentos contemporaneos como teclado, bajo, guitarra y percusión, generando un renovado interés en el público que se manifiesta a través de la gran demanda de música de arpa de cualquier género en todo el mundo.
Autora: Sonia Alvarez